No podemos hablar de desarrollo sustentable sin considerar la igualdad de género, ya que se trata de la equidad intrageneracional (población actual) e intergeneracional (población futura), como uno de sus principios fundamentales. Y ello conlleva atender las necesidades de las generaciones presentes y futuras, de garantizar el acceso y preservación de los recursos tanto a hombres como mujeres.
El rol de la mujer y su contribución al desarrollo sustentable, con funciones diferenciadas en el seno de la familia y la comunidad, ha sido reconocido en tiempos recientes, y todavía queda camino por recorrer.
El 1º de marzo de 2011, la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de Naciones Unidas congregó a un grupo de especialistas para examinar la cuestión “Igualdad entre los géneros y desarrollo sostenible”, de cara a la reunión de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible”, conocida como Rio + 20, que se celebrará en Río de Janeiro en junio de 2012 y cuyos temas principales son: una economía verde y la erradicación de la pobreza y dar un marco institucional al desarrollo sostenible.
Los logros son aún tímidos. Aunque la mujer ha conseguido reconocimiento a través de compromisos intergubernamentales, como la Declaración de Río, la Agenda 21 y la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing aún “no se valoran ni utilizan suficientemente las contribuciones de las mujeres al desarrollo sostenible”.
Se hace hincapié en la necesidad de conocer las lagunas y renovar el compromiso de acción en los procesos de desarrollo sostenible, con un enfoque centrado en las cuestiones de género y que promueva la participación de las mujeres en la toma de decisiones y en la gestión de políticas para mejorar su calidad de vida y su relación con el medio ambiente.
El documento también destaca la importancia y rol fundamental que asumen las mujeres como agentes de cambio en este proceso. Diversos estudios realizados- observa- dan cuenta que las mujeres, debido a su estilo de vida y pautas de consumo, suelen ser consumidoras más responsables, reciclan y utilizan el transporte público más que los hombres.
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